Wilson Bentley, más conocido como "the snowflake man" ya estaba obsesionado desde pequeño con la nieve. Así fue como descubrió, adaptando un microoscopio a una cámara fotográfica, las infinitas formas que pueden adoptar los cristales de hielo.



«Bajo el microscopio encontré que los copos de nieve eran milagros de belleza; y me pareció una pena que esa belleza no fuera vista y apreciada por otros. Cada cristal era una obra maestra de diseño y ningún diseño jamás se repetía. Cuando un copo de nieve se fundía, el diseño se perdía para siempre. Toda esa belleza se fue, sin dejar ningún recuerdo. »

Me encanta la gente curiosa que decide dedicar su vida a todo aquello que le apasiona. Me he prometido ser alguien así de mayor. He aquí la colección completa de cristales de hielo que recogió a lo largo de su vida durante sus investigaciones.
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