






Ha sido maravilloso recorrer esta mañana la obra de Antonio López en compañía de una buena amiga. La exposición estaba dividida en dos partes que recorrían su trayectoria completa desde que comenzara allá por la década de los 50. La escultura también me ha sorprendido, si bien ni a mi compañera ni a mí nos acababa de convencer en un principio, al menos mis impresiones han ido cambiando cuando he visto "La mujer de Coslada" y una composición de cabezas de fetos en escayola; genial, Antonio.
Me ha parecido una exposición bastante completa, donde se ve que más allá del hiperrealismo que se le atribuye al artista, su gran diversión es jugar con la perspectiva para resaltar determinados elementos en sus cuadros, que de alguna forma nos proporcionan un punto de partida para llegar a comprenderlos mejor, y entender que quiere decirnos más allá de la cotidianidad de la mayoría de sus obras. Salir de esta exposición ha sido reencontrarme con la España de mis abuelos, una sensación de familiaridad y de nostalgia que me ha cautivado por completo, aún no habiendo vivido la época de la posguerra. Por otro lado sé que voy a recordar muy vivamente sus obras más actuales, las cuales me han hecho desear perderme entre las luces de esta ciudad madrileña para siempre.
1 Kommentar:
Es textúricamente delicioso._. jaja
Además, lo del hiperrealismo es que es una cosa aparte... nunca entenderé cómo lo consiguen...
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